2/22/2006

Malulos Duendes

Siempre he tenido miedo de mis deseos o de lo que puede venir con ellos, por eso trato de no desear nada.
Sin embargo, hay veces en que igual lo hago... entonces sucede.
Y es que es casi inevitable desear, cuando uno quiere algo de veras, es instintivo, viene de dentro, surge como un hipo, como un golpe en la cara y siempre, siempre hay un duende esperando oírnos; y estos siempre logran su objetivo, e irrumpen en nuestra vida con una sorpresa idiota, con una sentencia fatal y bajo la excusa de que nosotros lo deseamos.
Qué absurdo… cómo podía ser lo mismo para una mujer desear “no estar nunca más sola” que quedar embarazada.

Posteo original en: Ticha... en espacio de MSN

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