6/27/2007

Catástrofe

En una familia de tres integrantes, que uno se resfrié es aceptable y se puede llevar. Es cosa del resfriado si sigue con su rutina o se entrega a los cuidados ajenos. Depende un poco de sus actividades laborales, su sentido de la responsabilidad y su seguro de salud o lo que sea.
Ahora si en una familia de tres, 2 se resfrían, la cosa se pone complicada porque de seguro cada uno querrá más atención que el otro de parte del que se mantiene en pie. Ahora cuando los tres están enfermos. Yo les puedo decir que es una catástrofe...
El ánimo de todos es de "puta madre" cada uno quiere que el otro sepa que está más mal que él, y por lo tanto, no puede hacer nada. Cada uno está más explotado, cansado, desanimado. Lo peor es que nadie (que no sea niño) se puede dar el lujo de quedarse en cama porque no existe quien haga de enfermero.
Y bueno, como es de suponer, así estamos, los tres resfriados, tosiendo, adoloridos y afiebrados. Yo encerrada cuidando a Darío toda la semana y sintiendo que rindo la mitad, viendo como no alcanzo a realizar todas las cosas que quisiera e imaginando a los virus que se burlan de mí. Viendo más humedad que nunca y por todos lados. Sedienta y con escalofríos.
Un asco.

6/22/2007

Feliz Noticia

Encontraron a Zacarach!!!!!!!!
lalalalalalalalalalalalalalalalalalalalalalalalalala!
ahora a la hoguera No LO Vayan A Perder De Vista Los .....!!!!!

6/18/2007

Tarea en Familia

1. Cada miembro de la familia debe dibujar a los restantes.
Darío nos dibujó a nosotros, yo estoy con los ojos cerrados adelante.
Bea y Jan
Mi esposo nos dibujó a Darío y a mí.
Darío y Bea
Y a mí me tocó dibujarlos a ellos.
Darío y Jan
2. Lo que nos gusta (habilidades, forma de ser, aspecto físico) de cada uno de nosotros:
  • Darío: tu sentido del humor, tu ingenio, tu caracter solidario, la suavidad de tu pelo, la forma de tus ojos y de tus manitos, entre otras.
  • Papá: tu generosidad, tu inteligencia, tu perseverancia, tu paciencia, tu sinceridad y tu mirada.
  • Mamá: tu preocupación, tu capacidad de querer, tu irónico humor, las palabras que inventas, tu conciencia ahorrativa y ecológica, y tu sonrisa.

6/11/2007

¿Qué estamos haciendo con la vida?

-¿Qué voy a hacer con mi vida?- decía al tiempo que se apoyaba en la ventana y perdía la mirada entre ramas, gotas y hojas. Era tan angustiante su expresión que en mi rincón imaginaba una bestia indomable que arañaba y gemía dentro de una jaula con un cartel que decía: vida.
Es obvio que la metáfora va más allá, sin embargo, no deja de ser absurdo que hablemos de nuestra vida como una cosa, como algo ajeno a nosotros, como un monstruo que nos empuja al acantilado. Quizá sea la inconsciente presencia del fin. Quizá sea la indomable ansiedad de saber que la hora existe, que el acantilado puede estar a un paso o a cien. Que siempre llegará el momento en que la vida, por más oculta que la mantengamos, va a volar, dejándonos a merced de la muerte y en cambio, nosotros estamos obstinados en que debemos haber hecho algo concreto que perpetúe nuestra existencia. Es como si le debiéramos a alguien la oportunidad de ocupar un alma por un tiempo y nos debiéramos a la trascendencia a la herencia, en fin… nadie desea vegetar durante toda su estadía sobre el planeta.
Eran las tres de la madrugada y sonó el teléfono, en su sueño se movilizaron todos los elementos. Despertó. Sintió entonces, el segundo pitazo y un escalofrío. Podía ser la noticia que no quería recibir. Al tercer pitazo su mano sació su curiosidad. Al otro lado del teléfono su hermana menor sentenció: -Está en coma, vente lo más pronto posible.-
Sintió que no controlaba su mentón a la vez que se le apretaba la garganta y tras tragarse lo que lo ahogaba le dijo –esta bien.- Luego no pudo volver a dormir de corrido y su cerebro divagaba entre frases como: ¿Cuánto tiempo tendré? ¿Será este el final de su vida? ¿Cómo voy a dejar mi vida botada?
Me imaginé a este ser humano dibujado a carbón, metiendo su vida bien doblada en una maleta para no dejarla como no sabía.
La vida no la podemos dejar nunca lejos de nosotros y probablemente este pobre hombre se refería a su rutina, su cotidianidad y sin más ni más, sacaba por completo sus seres queridos de su vida pero, no es acaso cierto que todo acontecimiento que vivimos es parte de nuestra vida, no es acaso eso la vida: una sucesión de hechos inesperados. Por lo visto, cuando se vuelve muy monótona los accidentes en el camino parecen pertenecer a una realidad paralela que no necesita ser anotada en la bitácora cerebral.
Es paradójico que un ser humano pueda cuestionarse sobre “cómo va a dejar su vida”, volviendo el concepto vida tan banal, a la vez que se esta enterando que un ser querido esta perdiendo lo único que le queda, la vida en su concepto más amplio. Son realidades completamente antagónicas, una concepción de vida material y otra espiritual que fluctúan, conviven al mismo tiempo dentro de un espacio común: el cerebro humano.
Pero la vida es más, es todo, es lo que hacemos, lo que sentimos, lo que somos. Es lo rutinario y lo accidental, la convivencia diaria y esporádica. La vida no se puede guardar en una jaula, no se puede dejar olvidada en una gaveta. Nada se puede realizar sin ella. La vida no se puede perpetuar y no se puede congelar eternamente.
Es más, cuando la monotonía supera a la improvisación, la vida se vuelve una tortura y el alma se enferma. Está más vivo el que sobrevive que el que vive en extrema comodidad. No vale la pena preguntarse cada día que hago con mi vida, sino preguntarse: Qué hago por la vida. Preguntarse: Qué hago por perpetuar la existencia humana, qué hago para trascender, qué voy a heredar a otros/as...
La vida (toda forma de vida) como la conocemos esta en peligro de extinguirse y tú y yo somos responsables directos. Cuando se habla del calentamiento atmosférico (global) del que estamos siendo testigos, se habla de destrucción del planeta. Pero, no es eso lo que va a suceder. El planeta no va a morir pues el planeta como tal, es una conjunción de elementos que estrictamente no están vivos. El planeta, como muchas otras veces, se va a deshacer de lo que lo está hostigando: nosotros, se va a reciclar y en 2000 o 3000 años estará recuperado. Es la vida, aquella maravilla de la que tanto hablamos con todos sus secretos (humanidad, reino animal, vegetal…), la que va a desaparecer. Aquella maravilla que postulamos queremos perpetuar es la que estamos matando, por consumistas, derrochadores de energía, cómodos y flojos.

Ticha.

Realiza este test http://earthday.net/Footprint/info.asp y luego estima cuan trascendente es tu vida en relación a la de todos los demás.