1/20/2010

La doctrina del shock


Después de caer en shock, te vuelves más infantil y buscas líderes que manejen tu vida, es un estado de regresión en que estás más dispuesto a obedecer... es lo que buscan con las palizas los agresores familiares, con los golpes de estado los dictadores y lo que resulta después de desastres como los de Haití o de epidemias como la AH1N e incluso después de traumas (Erikson se refieres a las crisis psicosociales y las regresiones de estadio, es similar)... si usted no quiere padecer, cuídese, comuníquese, INFÓRMESE!

1/18/2010

votos

Estoy pensando que los VOTOS DEBERÍAN VENIR CON UN ESPACIO PARA COMENTARIOS, así no habría que estar objetando verdades y muchos calmaríamos las ansias de escribir lo que pensamos tranquilamente.

1/17/2010

Lo importante pasa desapercibido y lo intrascendente parece relucir y seducir.

7:40 El bus entra al Intermodal de la Cisterna, yo sólo quiero que entre luego a Santiago para alcanzar a ver a J. Pero con ese pequeño desvío la espera se dilata y ya no doy más de leer y leer lo letreros del camino.
Al fin en los Héroes, son casi las 8 AM. y mi mochila está al fondo en el bus, por lo que debo esperar. Cuando al fin la tengo, busco “una micro”, como nunca, todas me sirven, jaja. Me bajo en República y me subo a un colectivo.
J, aún no se ha ido, está tomando desayuno, algo hablamos y se va. Me desperezo, he viajado toda la noche y no estoy muy “pilas”. Me tomo un vaso grande de leche, me visto y salgo directo a sufragar. El camino sin compañía se me hace eterno y al llegar a Agustinas está lleno de micrófonos y cámaras que parecen volar por todos lados, por lo visto, algún “pelagato” que resultó electo no les dio bola a los "medios".
Esta vez los “miliquines” están "ojo al charqui", jaja y se oye que gritan todo el rato: por atrás es la salida. La cosa está ordenada.
Entro, de nuevo sin que me revisen la cartera... como soy chica vuelvo a pasar “piola”. Mi mesa y la 149 las subieron un piso, miro y de nuevo está vacía, esta vez son las 10:oo media hora más temprano... pasé mi CI, dije mi número de inscripción, firme y antes que me explicaran como se doblaba la "cuestión" ya estaba saliendo de la cámara secreta y para la casa... ¿para la casa ya? eso sería todo, tan rápido, tan insignificante, si ni el dedo se me manchó...
Sin embargo, la salida es larga, hay que caminarse el colegio entero y como por “arte de magia” estoy en Moneda. Pasó tan rápido y sin anestesia el momento, jaja, que me fui por Agustinas caminado lento, vi que Matucana 100 estaba cerrado y entré a la Quinta Normal caminé un tanto y me senté a la sombrita a observar pajaritos y "pololeos". Mmmh, como era domingo seguro que la Basílica de Lourdes estaba abierta y sí, a las 11 empezó a tocar campanadas que, como el flautista de Hamelin, me llevaron directo a misa hipnotizada.
Afuera una niñita me encajó una estampita, y cuando la estaba cancelando me dijo: ya votó, ahí no más vi que mi dedo igual algo lila se veía. Luego ingresé a observar la misa (yo no tengo cultura religiosa, "no cacho nah") e inevitablemente puse atención a las palabras de quienes leyeron, dos mujeres y un hombre, además del cura de acento extranjero y muy, pero muy viejito, que dijo textualmente entremedio: “María como buena dueña de casa, al igual que las mujeres que están aquí...”, bueno y ahí me sentí incómoda, porque hay verdades que son incómodas, socialmente claro, aunque una esté conforme, son cosas, que claro puede que ese padre admire, pero yo no convivo con él y la mayoría por ahí mal mira las supuestas cualidades de la Virgen, y bueno es comprensible, si la sociedad no es la misma de entonces...
En fin, avanzado el rito, una mujer rogó por personas y situaciones y entremedio lo hizo por Haití o más bien dicho por su pueblo, y entonces me conecté nuevamente con lo que sucedía en verdad dentro de la Basílica y me dejé de pensar en las vibraciones que resiste la infraestructura y los movimientos que podrían estar "viviendo" las moléculas de concreto, etcétera.
Decía, que volví a la misa en si y me quedé pensando en que el único ruego más importante pasó tan rápido como mi voto. Cuando llegó la comunión, sentí deseos de comulgar, pero como es obvio conmigo, seguí en mi lugar, porque yo casi nunca hago lo que no corresponde, dios me hizo muy responsable como para ello, je.
Hacia el final de la misa me quedé disfrutando de cómo se hacía el silencio dentro de ese gigante de concreto, noté como sus paredes volvían a ser grises y solemnes por la ausencia de personas, luego fui a mirar el pesebre, que está bien bonito pero tiene un letrero que lo hace algo freak, y es: "todo el pesebre está con alarma".
De vuelta volví a pasar por la QN y esperé "una micro" en Compañía de Jesús, jaja, la calle me refiero.
Al depto llegué a las 13:00 y ya no hice casi nada que valga la pena escribir, menos aún leer (sin embargo, casi todo después de esa hora fue escrito en FB).
Habemus nueva dirección... algo relucido sin duda.

1/05/2010

Un año nuevo

Es un abrazo que se da la humanidad prácticamente entera. Es un momento de alegría y esperanzas, de buenos deseos y deseos inspiradores, buenos augurios y muchos brindis, algunas luces de colores en el cielo y bailoteo... en fin, de alegría.
Sin embargo, mi año nuevo no tuvo cena familiar, sólo dos abrazos y un sentimiento de distancia del mundo. Estábamos en familia pero lejos de todos y no sabíamos bien donde ir, fue tanta nuestra ignorancia sobre el terreno que pisábamos que no encontramos donde comer y al fin, siguiendo a otros sin saber a donde, hicimos un rally bordeando la playa y llegamos a un estacionamiento en la Costanera de Caldera, seguimos a la masa y llegamos al lado del mar, los tres juntitos, tímidos y ansiosos, pero sobre todo con hambre.
Ahí, al lado del mar, en la costanera sobre la playa de Caldera, entre dos mares de agua y de gente desconocida, sólo quedaba 3 opciones: anticuchos, completos o papas fritas. Optamos por los completos (me cayó bien la señora que los hacía). Lo disfruté como nunca... cada uno de sus pedacitos. Mientras la “calderina” los preparaba, de la nada, sin aviso, comenzaron a reventar los fuegos artificiales literalmente sobre nosotros, tan encima que casi se sentían caer, a la distancia en el mar se veía a los operadores que los manipulaban. Son las doce dijo una mujer, ¿son las doce? pregunté y casi no nos abrazamos, estábamos confundidos, mirando el cielo emocionados porque creo que es la segunda vez en mi vida que veo de tan cerca los fuegos y se veían de verdad lindos.
Le dije a la señora, por lo visto se va a pasar todo el año vendiendo completos y ella se puso a agradecer a dios mientras los terminaba. A nuestro alrededor se oían los buenos deseos y las exclamaciones de asombro frente a las luces de colores que estallaban sin cesar.
Éramos de verdad los únicos "extraños", abajo en la playa y a nuestro alrededor todos parecían una gran familia que tradicionalmente cenan y caminan a esperar los fuegos con sus champagnes y cotillones.
Yo me sentía con el corazón rebalsado de muchas cosas. Fue una celebración de año nuevo muy emotiva.