11/25/2014

Caracol sobreviviente

Es muy pero muy cierto esto del mundo interior de un caracol. Sino cómo se explica que uno de su especie, viajara en una bolsa de nylon dentro de una maleta de mi mamá toda una noche (acompañando a una lechuga) y luego pasara tres días y medio en el refrigerador (dentro de la misma bolsa y acompañado por la misma lechuga). Hasta que hoy fuera descubierto por mí.
Por mi parte pensé que estaba muerto y no lo pesque, lo dejé dentro de la misma bolsa para después tirarlo a la basura. Sin embargo, el muy sobreviviente, después de unos 15 minutos, estiró sus cachitos y comenzo a salir de la bolsa.
Obviamente ahora es la mascota de la Nela, quien casi no los conocía más que de fotos y caricaturas.






En la elaboración de estas fotos ningún caracol fue lastimado jaja, después no sé, no veo desde acá. La verdad es que ahora ya está mirando un libro de dinosaurios y el caracol está escondido en la canaleta de la terraza.

11/04/2014

Carbonada de PitRufina

Hoy no quería cocinar, y como cada vez que me pasa, al final me sorprendo con el resultado.
Hice un pino, un pino de carne chiquito (como un caldo sabor carne), el más corriente pino de carne chileno: cebolla, carne (puede ser de vacuno o soya) y ajo. En una olla calentita coloqué una cucharada aproximada de aceite de oliva y sobre él, el pino, la tapé y la dejé a fuego bajo.
Piqué dos papas nuevas mondadas, en cubitos pequeñitos.  Hice lo mismo con medio camote (peruano, el que por fuera parece una papá, no zapallo naranjo). Aproximadamente una taza de cada uno. Por fin, mondé y piqué también en cubitos un tomate, quitando las semillas.
Todo el picadillo (como 2 tazas y media), fueron directo a la olla. Entonces agregué 1 cucharada de aceite, 3/4 de taza de arroz blanco y 1/4 de integral. Subí el fuego y revolví unos 5 minutos.
Finalmente, le vacié unos 700 cc de agua helada y lo dejé a fuego fuerte medio tapado. Sin embargo, sentí que le faltaba color verde, por lo que pique unos porotos tiernos (verdes), algo de cilantro y pelé 8 cabezas de espárragos.Los agregue hacia el final, cuando el agua ya hervía, para que blanquearan.
Cuando el agua había bajado lo suficiente como para que las cosas asomaran, retiré una cantidad para Leonela y el resto lo salé lo suficiente para que se sintiera sabroso sin perder el dulzor del camote o el ácido del tomate.
El resultado, fue excelente.